
Chicago, IL – En un anuncio impactante que dejó atónitos a sus seguidores, la magnate de los medios Oprah Winfrey reveló el 21 de marzo de 2025 que cerraría su icónico imperio de programas de entrevistas y se mudaría a Italia, alegando un desprecio irreconciliable por compartir el mismo país con el multimillonario Elon Musk. La leyenda de la televisión de 71 años, cuyo nombre ha sido sinónimo de inspiración e influencia durante décadas, dio a conocer la impactante noticia durante una emotiva transmisión en vivo, marcando el final de una era y desatando un intenso debate en todo el país.
Winfrey, cuyo programa sindicado The Oprah Winfrey Show se emitió durante 25 años antes de concluir en 2011, había dado un paso más hacia una mayor presencia mediática a través de su propia cadena y varios especiales de alto perfil. Sin embargo, en su última declaración, declaró que se alejaba de todo. “Lo he dado todo por este país, por mi público, por las historias que importan”, dijo con voz temblorosa y determinación. “Pero ya no puedo hacerlo, no aquí. No puedo vivir en Estados Unidos durante los próximos cuatro años y respirar el mismo aire que Elon Musk”.

La directa referencia a Musk, el polarizante CEO de Tesla, SpaceX y X Corp, impactó a la audiencia y desató el furor en redes sociales. Aunque Winfrey no dio muchos detalles al respecto en antena, fuentes cercanas a ella sugieren que la decisión se debe a su creciente frustración con la enorme influencia de Musk en la política y la cultura estadounidenses, en particular tras su apoyo abierto a políticas y figuras controvertidas en los últimos años. “Oprah lo ve como un símbolo de todo aquello contra lo que ha luchado: poder descontrolado, retórica divisiva y falta de empatía”, declaró una fuente a la prensa. “Ha sido clara sobre sus valores, y este es su límite”.
Según informes, el plan de Winfrey de mudarse a Italia incluye establecerse en la Toscana, donde posee una extensa finca que compró hace años como lugar de retiro. “Quiero paz”, explicó durante la transmisión. “Quiero olivos, buen vino y un lugar donde pueda respirar sin sentir el peso del caos de este país”. La decisión de cerrar su programa y abandonar Estados Unidos sorprende a los fans que han seguido su trayectoria, desde una innovadora presentadora de programas de entrevistas hasta una filántropa e ícono cultural, pero Winfrey lo enmarcó como un acto necesario de supervivencia. “He dedicado mi vida a ayudar a los demás”, dijo. “Ahora es el momento de ayudarme a mí misma”.
La reacción ha sido rápida y polarizada. En X, sus seguidores la elogiaron como una figura con principios que se enfrenta a lo que consideran una extralimitación de Musk. “Oprah tiene razón: el ego de Musk está asfixiando a este país”, publicó un usuario. Sin embargo, otros la acusaron de melodrama y de abandonar a su público. “¿Escaparse a Italia porque no te gusta un chico? Eso es rico, literalmente”, escribió otro. El propio Musk aún no ha respondido directamente, aunque su historial de enfrentamientos con críticos en X sugiere que una réplica podría ser inminente.
La salida de Winfrey plantea interrogantes sobre el futuro de OWN y sus innumerables proyectos, incluyendo su influyente club de lectura y su fundación benéfica. Su equipo ha asegurado a sus seguidores que las iniciativas en curso continuarán bajo un liderazgo confiable, pero su ausencia personal del panorama mediático estadounidense dejará un vacío que pocos podrán llenar. Los analistas del sector especulan que esta decisión podría indicar un retroceso generalizado de figuras públicas desilusionadas con la trayectoria actual del país.
Por ahora, Winfrey parece decidida. En sus palabras de cierre, insinuó una vida más tranquila por delante, libre de los focos que ha acaparado durante más de 40 años. “Seguiré contando historias”, prometió, “pero serán mías, a mi manera, desde un lugar que se sienta como mi hogar”. Mientras se prepara para cambiar el horizonte de Chicago por las ondulantes colinas de la Toscana, su salida subraya una postura profundamente personal: una que se trata tanto de escapar de la América de Musk como de recuperar su propia paz.

Aún no se sabe si este es realmente el capítulo final para Oprah Winfrey o el preludio de una nueva etapa. Lo que sí está claro es que su partida —y el motivo— ha tocado una fibra sensible, asegurando que su voz, incluso en retirada, siga tan poderosa como siempre.